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¿Cómo prevenir las deudas incobrables?

12 de mayo de 2021
by CLOSASEGUROS

Las deudas incobrables son las facturas que no se cobran porque se han hecho a crédito y, en el momento del cobro, la empresa que debe pagar quiebra, o se extravía la información necesaria para reclamar la deuda.

Para entenderlo mejor: hay muchas empresas que operan con cobros a 30 o 60 días. Esto significa que, desde el momento de la venta hasta cobrarla, pasan 30 o 60 días, un periodo en el que pueden pasar muchas cosas. Una empresa se puede ir a la quiebra o no tener liquidez para pagar, por ejemplo. Esta incertidumbre se ha visto agravada con la pandemia del COVID-19 debido a la que, de un día para otro, negocios y sectores de actividad completos se vieron obligados a una inactividad forzosa, dejando al descubierto sus deudas por la falta de ingresos. Esta situación ha provocado que las empresas que han sobrevivido a la paralización económica vean con preocupación el aumento de impagos de deudas.

Y es razonable, si atendemos a las perspectivas que señalan los principales actores económicos. Por un lado, el FMI estima que, en 2021, la pandemia incrementará el porcentaje de pymes insolventes en las 20 economías más avanzadas de Europa y Asia. Por el otro, el Banco de España apuntaba a finales de 2020 que el 68% de las empresas españolas presentarían déficits de liquidez. Así, la caída generalizada de ingresos supone un crecimiento considerado de los niveles de vulnerabilidad financiera entre las pymes y los sectores más afectados por la pandemia.

Claves para evitar una deuda incobrable

Es impredecible saber si un cliente podrá pagar o no las facturas y las deudas. Sin embargo, podemos prevenir las deudas incobrables siguiendo algunos de los consejos de las entidades aseguradoras especializadas en crédito:

  • Comprobar la documentación e identidad del cliente: muchas veces las deudas incobrables provienen de empresas que no existen. Para evitarlo, los expertos aconsejan revisar que los documentos tengan un membrete y que el nombre aparezca correctamente en todas las páginas del contrato.
  • Conocer la situación financiera del cliente: antes de realizar cualquier transacción con un cliente, comprueba que su situación financiera es solvente.
  • Guardar todos los comprobantes: no sólo para evitar una deuda, sino también para el correcto funcionamiento de la empresa.
  • Definir condiciones y límites de los créditos: en la aceptación de un crédito, dejar por escrito las condiciones de pago del mismo.
  • Controlar rigurosamente los créditos: monitorizar todos los movimientos y asignar personas para el seguimiento.
  • Mantener una comunicación constante con el comprador: el tono siempre debe ser cordial y profesional, para crear un clima de confianza y seguridad.
  • Ser proactivo: al controlar los créditos sabemos cuándo es la fecha de vencimiento, para contactar con el cliente antes del plazo límite.
  • Reaccionar de inmediato: una vez se detecte un retraso en el pago, contacta con el cliente para recordarle su compromiso.
  • Ayuda de especialistas: en muchas ocasiones seguir estas indicaciones no asegura la viabilidad ni el cobro del crédito. Por tanto, es recomendable ponerse en manos de un profesional, ya que las probabilidades de recibir el pago de la deuda aumentan.

Los seguros de crédito son la mejor herramienta para controlar los créditos pendientes. Es una protección que aporta tranquilidad, ya que monitoriza todo el riesgo e informa sobre la situación del crédito en todo momento. Además, hace las gestiones necesarias para el recobro de deudas, y de lo contrario, cubre la insolvencia definitiva del deudor.

Si tienes dudas sobre este y otros seguros imprescindibles para tu empresa, en CLOSASEGUROS ponemos a tu disposición un equipo de expertos para asesorarte con las mejores coberturas para tu negocio.

Las deudas incobrables son las facturas que no se cobran porque se han hecho a crédito y, en el momento del cobro, la empresa que debe pagar quiebra, o se extravía la información necesaria para reclamar la deuda.

Para entenderlo mejor: hay muchas empresas que operan con cobros a 30 o 60 días. Esto significa que, desde el momento de la venta hasta cobrarla, pasan 30 o 60 días, un periodo en el que pueden pasar muchas cosas. Una empresa se puede ir a la quiebra o no tener liquidez para pagar, por ejemplo. Esta incertidumbre se ha visto agravada con la pandemia del COVID-19 debido a la que, de un día para otro, negocios y sectores de actividad completos se vieron obligados a una inactividad forzosa, dejando al descubierto sus deudas por la falta de ingresos. Esta situación ha provocado que las empresas que han sobrevivido a la paralización económica vean con preocupación el aumento de impagos de deudas.

Y es razonable, si atendemos a las perspectivas que señalan los principales actores económicos. Por un lado, el FMI estima que, en 2021, la pandemia incrementará el porcentaje de pymes insolventes en las 20 economías más avanzadas de Europa y Asia. Por el otro, el Banco de España apuntaba a finales de 2020 que el 68% de las empresas españolas presentarían déficits de liquidez. Así, la caída generalizada de ingresos supone un crecimiento considerado de los niveles de vulnerabilidad financiera entre las pymes y los sectores más afectados por la pandemia.

Claves para evitar una deuda incobrable

Es impredecible saber si un cliente podrá pagar o no las facturas y las deudas. Sin embargo, podemos prevenir las deudas incobrables siguiendo algunos de los consejos de las entidades aseguradoras especializadas en crédito:

  • Comprobar la documentación e identidad del cliente: muchas veces las deudas incobrables provienen de empresas que no existen. Para evitarlo, los expertos aconsejan revisar que los documentos tengan un membrete y que el nombre aparezca correctamente en todas las páginas del contrato.
  • Conocer la situación financiera del cliente: antes de realizar cualquier transacción con un cliente, comprueba que su situación financiera es solvente.
  • Guardar todos los comprobantes: no sólo para evitar una deuda, sino también para el correcto funcionamiento de la empresa.
  • Definir condiciones y límites de los créditos: en la aceptación de un crédito, dejar por escrito las condiciones de pago del mismo.
  • Controlar rigurosamente los créditos: monitorizar todos los movimientos y asignar personas para el seguimiento.
  • Mantener una comunicación constante con el comprador: el tono siempre debe ser cordial y profesional, para crear un clima de confianza y seguridad.
  • Ser proactivo: al controlar los créditos sabemos cuándo es la fecha de vencimiento, para contactar con el cliente antes del plazo límite.
  • Reaccionar de inmediato: una vez se detecte un retraso en el pago, contacta con el cliente para recordarle su compromiso.
  • Ayuda de especialistas: en muchas ocasiones seguir estas indicaciones no asegura la viabilidad ni el cobro del crédito. Por tanto, es recomendable ponerse en manos de un profesional, ya que las probabilidades de recibir el pago de la deuda aumentan.

Los seguros de crédito son la mejor herramienta para controlar los créditos pendientes. Es una protección que aporta tranquilidad, ya que monitoriza todo el riesgo e informa sobre la situación del crédito en todo momento. Además, hace las gestiones necesarias para el recobro de deudas, y de lo contrario, cubre la insolvencia definitiva del deudor.

Si tienes dudas sobre este y otros seguros imprescindibles para tu empresa, en CLOSASEGUROS ponemos a tu disposición un equipo de expertos para asesorarte con las mejores coberturas para tu negocio.

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