En nuestro organismo se producen a diario millones de radicales libres como consecuencia de procesos tan naturales como la respiración, la digestión o el metabolismo en general. Los radicales libres, de hecho, no son más que productos residuales (al igual que ocurre con un motor, que al quemar su carburante genera humos nocivos), que el cuerpo debe neutralizar para que no deterioren las diferentes células del cuerpo.
Nuestro organismo es muy capaz , de forma natural, de desarrollar sistemas antioxidantes que neutralizan gran parte de estos radicales libres, pero hay causas o situaciones que pueden favorecer la formación de radicales libres, como son un ritmo de vida estresante, el tabaco, el alcohol, la luz ultravioleta del sol, el humo generado por los tubos de escape o la polución, así como la actividad deportiva de gran intensidad, el cansancio o la falta de sueño. Estas situaciones son frecuentes en la vida actual e implican una mayor formación de radicales libres.
En estos casos la cantidad de antioxidantes que el cuerpo es capaz de generar no siempre es suficiente y hay que buscar otros recursos que ayuden a aportar mayor cantidad de estas sustancias al organismo.
Aunque existen infinidad de preparados y suplementos dirigidos a preservar la juventud de las células y frenar el envejecimiento, muchas veces nos olvidamos de que a través de una correcta alimentación podemos aportar a nuestro cuerpo los antioxidantes que necesita de manera natural. Todos los antioxidantes pueden ser suministrados a través de los alimentos que conforman una alimentación equilibrada y variada, basada en productos de temporada, de cercanía y sobre todo poco manipulados. Parece un poco absurdo recurrir a preparados sintéticos, cuando mejorando y cuidando la alimentación podemos cubrir las necesidades nutritivas de nuestro organismo de manera fisiológica y natural.
RECUERDA:
luciabulto@dndiet.com
http://www.dndiet.com/
En nuestro organismo se producen a diario millones de radicales libres como consecuencia de procesos tan naturales como la respiración, la digestión o el metabolismo en general. Los radicales libres, de hecho, no son más que productos residuales (al igual que ocurre con un motor, que al quemar su carburante genera humos nocivos), que el cuerpo debe neutralizar para que no deterioren las diferentes células del cuerpo.
Nuestro organismo es muy capaz , de forma natural, de desarrollar sistemas antioxidantes que neutralizan gran parte de estos radicales libres, pero hay causas o situaciones que pueden favorecer la formación de radicales libres, como son un ritmo de vida estresante, el tabaco, el alcohol, la luz ultravioleta del sol, el humo generado por los tubos de escape o la polución, así como la actividad deportiva de gran intensidad, el cansancio o la falta de sueño. Estas situaciones son frecuentes en la vida actual e implican una mayor formación de radicales libres.
En estos casos la cantidad de antioxidantes que el cuerpo es capaz de generar no siempre es suficiente y hay que buscar otros recursos que ayuden a aportar mayor cantidad de estas sustancias al organismo.
Aunque existen infinidad de preparados y suplementos dirigidos a preservar la juventud de las células y frenar el envejecimiento, muchas veces nos olvidamos de que a través de una correcta alimentación podemos aportar a nuestro cuerpo los antioxidantes que necesita de manera natural. Todos los antioxidantes pueden ser suministrados a través de los alimentos que conforman una alimentación equilibrada y variada, basada en productos de temporada, de cercanía y sobre todo poco manipulados. Parece un poco absurdo recurrir a preparados sintéticos, cuando mejorando y cuidando la alimentación podemos cubrir las necesidades nutritivas de nuestro organismo de manera fisiológica y natural.
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