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LA RESPONSABILIDAD CIVIL EN LAS LLAMAS DE NOTRE DAME

9 de mayo de 2019
by websalia

Las empresas que realizaban las reparaciones en el momento del incendio podrían haber tenido que responder con cuantiosas indemnizaciones

El mes pasado a muchos se nos encogía el corazón viendo arder uno de los monumentos históricos más importantes de Francia y del mundo entero. Ardía la catedral de Notre Dame, escenario de tantas películas y testigo de tantas historias de amor. Uno de los símbolos de París que data del siglo XII, con posteriores modificaciones como la emblemática aguja que se desplomó durante el incendio y que era una recreación de la original.

El incendio se produjo la tarde del 15 de abril ocasionando graves daños tanto en el interior como en el exterior de la Catedral. En el momento del siniestro se estaban realizando obras de reforma y se cree que el incendio pudo ser provocado por algún descuido, quizá un fallo eléctrico o una chispa procedente de la maquinaria. Ante tal desgracia, lo primero que se pensó fue en cómo reparar esa gran pérdida. Obviamente, los costes serían elevadísimos y no, la Catedral de Notre Dame no estaba asegurada.

Notre Dame no estaba asegurada

La Catedral, como el resto de monumentos históricos franceses, pertenecen al Estado y éste no contrata ningún seguro comercial. El principio de auto seguro instaurado en 1889 dictamina que es el Estado quien debe asumir los costes de cualquier siniestro con sus propios recursos. Se determinó entonces que no se podían contratar seguros para cubrir los múltiples riesgos a los que son susceptibles los centenares de bienes inmuebles patrimoniales del país galo.

Sin ir más lejos, los medios franceses apuntaron que la provisión de 2019 en el presupuesto del ministerio de Cultura para este tipo de incidentes era de unos 345 millones de euros. Una cantidad de la que seguramente no hará falta disponer ya que, a tan solo 24h de la catástrofe, ya se habían recaudado 800 millones de euros para la reconstrucción de la Catedral.

¿Y si la culpa fuera de las empresas que estaban trabajando en la Catedral?

Puede que la Catedral como monumento histórico no estuviera asegurada pero las empresas que estaban realizando las reformas sí que disponían de una póliza. Se trata de Europe Echafaudage y Le Bras Frères, ambas con cobertura de seguros de AXA, la mayor aseguradora de Francia y Europa por volumen de primas. De hecho, las empresas contratadas para realizar obras en edificios, construcciones o cualquier activo de patrimonio nacional tienen la obligación de disponer de un seguro de responsabilidad civil.

Le Bras Frères, empresa especializada en techos y carpintería, fue sobre la cual recayeron en un principio las sospechas del origen del incendio. La empresa ya había trabajado en otras catedrales como la de Poitiers o la de Estrasburgo.

Si las investigaciones hubieran apuntado a Le Bras Frères como culpable del siniestro y así se hubiera dictaminado en los tribunales, la empresa se debería haber responsabilizado económicamente para reparar los cuantiosos daños patrimoniales. En ese caso, sería su aseguradora quien respondiera por la responsabilidad civil de la empresa. AXA no quiso hacer declaraciones sobre la cantidad a la que ascendería la indemnización por el daño causado en la catedral si su asegurado hubiera resultado culpable.

El arte se asegura

Con una rápida actuación de bomberos y voluntarios, se pudieron salvar varias de las obras de arte del interior, aunque algunas quedaron dañadas y deterioradas. La obras pertenecen a la Archidiócesis de París y, por lo tanto, sí que pueden estar aseguradas. AXA tiene una filial (Axa Art) especializada en objetos de esta índole y reconoció estar implicada en el seguro de ciertas obras de arte y objetos ceremoniales de Notre Dame.

Esperemos que las obras puedan volver pronto a descansar dentro del maravilloso monumento que las cobijaba. El seguro puede cubrir los daños materiales pero algunos elementos históricos y/o artísticos, y lo que simbolizan, son de valor incalculable.

Las empresas que realizaban las reparaciones en el momento del incendio podrían haber tenido que responder con cuantiosas indemnizaciones

El mes pasado a muchos se nos encogía el corazón viendo arder uno de los monumentos históricos más importantes de Francia y del mundo entero. Ardía la catedral de Notre Dame, escenario de tantas películas y testigo de tantas historias de amor. Uno de los símbolos de París que data del siglo XII, con posteriores modificaciones como la emblemática aguja que se desplomó durante el incendio y que era una recreación de la original.

El incendio se produjo la tarde del 15 de abril ocasionando graves daños tanto en el interior como en el exterior de la Catedral. En el momento del siniestro se estaban realizando obras de reforma y se cree que el incendio pudo ser provocado por algún descuido, quizá un fallo eléctrico o una chispa procedente de la maquinaria. Ante tal desgracia, lo primero que se pensó fue en cómo reparar esa gran pérdida. Obviamente, los costes serían elevadísimos y no, la Catedral de Notre Dame no estaba asegurada.

Notre Dame no estaba asegurada

La Catedral, como el resto de monumentos históricos franceses, pertenecen al Estado y éste no contrata ningún seguro comercial. El principio de auto seguro instaurado en 1889 dictamina que es el Estado quien debe asumir los costes de cualquier siniestro con sus propios recursos. Se determinó entonces que no se podían contratar seguros para cubrir los múltiples riesgos a los que son susceptibles los centenares de bienes inmuebles patrimoniales del país galo.

Sin ir más lejos, los medios franceses apuntaron que la provisión de 2019 en el presupuesto del ministerio de Cultura para este tipo de incidentes era de unos 345 millones de euros. Una cantidad de la que seguramente no hará falta disponer ya que, a tan solo 24h de la catástrofe, ya se habían recaudado 800 millones de euros para la reconstrucción de la Catedral.

¿Y si la culpa fuera de las empresas que estaban trabajando en la Catedral?

Puede que la Catedral como monumento histórico no estuviera asegurada pero las empresas que estaban realizando las reformas sí que disponían de una póliza. Se trata de Europe Echafaudage y Le Bras Frères, ambas con cobertura de seguros de AXA, la mayor aseguradora de Francia y Europa por volumen de primas. De hecho, las empresas contratadas para realizar obras en edificios, construcciones o cualquier activo de patrimonio nacional tienen la obligación de disponer de un seguro de responsabilidad civil.

Le Bras Frères, empresa especializada en techos y carpintería, fue sobre la cual recayeron en un principio las sospechas del origen del incendio. La empresa ya había trabajado en otras catedrales como la de Poitiers o la de Estrasburgo.

Si las investigaciones hubieran apuntado a Le Bras Frères como culpable del siniestro y así se hubiera dictaminado en los tribunales, la empresa se debería haber responsabilizado económicamente para reparar los cuantiosos daños patrimoniales. En ese caso, sería su aseguradora quien respondiera por la responsabilidad civil de la empresa. AXA no quiso hacer declaraciones sobre la cantidad a la que ascendería la indemnización por el daño causado en la catedral si su asegurado hubiera resultado culpable.

El arte se asegura

Con una rápida actuación de bomberos y voluntarios, se pudieron salvar varias de las obras de arte del interior, aunque algunas quedaron dañadas y deterioradas. La obras pertenecen a la Archidiócesis de París y, por lo tanto, sí que pueden estar aseguradas. AXA tiene una filial (Axa Art) especializada en objetos de esta índole y reconoció estar implicada en el seguro de ciertas obras de arte y objetos ceremoniales de Notre Dame.

Esperemos que las obras puedan volver pronto a descansar dentro del maravilloso monumento que las cobijaba. El seguro puede cubrir los daños materiales pero algunos elementos históricos y/o artísticos, y lo que simbolizan, son de valor incalculable.

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